Puntos calientes de trata de personas en Jalisco

El estado de Jalisco enfrenta un reto creciente: tres de sus destinos turísticos más populares han sido identificados como puntos calientes de trata de personas, advirtió Diana Flores Rojas, presidenta de la asociación civil End Slavery. Flores Rojas alertó que Puerto Vallarta, Chapala y la Zona Metropolitana de Guadalajara son espacios propicios para la explotación de grupos vulnerables, especialmente de niñas, niños y adolescentes.

Puntos calientes de trata de personas en Jalisco

“Estamos hablando de Chapala, Puerto Vallarta y la Zona Metropolitana de Guadalajara, por lo que los centros turísticos son lugares idóneos para el comercio sexual de menores en el sector turismo y hotelero”, explicó Flores Rojas. Sus comentarios subrayan cómo el alto flujo de visitantes y la demanda de servicios en hoteles, clubes nocturnos y alojamientos informales generan ambientes donde los tratantes operan con relativa impunidad.

La trata de personas en Jalisco se manifiesta en seis modalidades distintas:

  1. Explotación sexual – coerción de víctimas hacia la prostitución, la pornografía u otros servicios sexuales.
  2. Explotación laboral – obligar a trabajar en condiciones peligrosas o degradantes, frecuentemente en agricultura, construcción o servicio doméstico.
  3. Trata con fines de mendicidad – forzar a niños o adultos a pedir dinero en calles o transporte público.
  4. Matrimonios forzados – contraer uniones sin el libre consentimiento, a veces traficando niñas hacia matrimonios serviles.
  5. Tráfico de órganos – coacción o engaño para vender órganos de víctimas.
  6. Reclutamiento de menores para actividades delictivas – involucrar a niños en redes de robo, entrega de drogas u otras operaciones ilícitas.

Flores Rojas hizo hincapié en que, aunque el turismo genera prosperidad, también atrae a depredadores que aprovechan el anonimato, la rotación de personal estacional y las redes de alojamiento informal. Los menores, vulnerables por su situación de pobreza o desintegración familiar, corren el mayor riesgo.

“El turismo atrae visitantes honestos, pero también a criminales”, advirtió Flores Rojas. Instó a autoridades locales, prestadores de servicios y sociedad civil a implementar medidas preventivas: capacitación al personal hotelero, supervisión más rigurosa de registros de huéspedes y canales de denuncia accesibles y confidenciales.

Respuesta institucional y retos de aplicación
Aunque el gobierno de Jalisco ha condenado públicamente la trata, críticos señalan que la aplicación de la ley es desigual. En Chapala, la policía municipal desmanteló recientemente una pequeña red de explotación laboral, pero las prácticas de explotación en el sector hotelero siguen sin mayor vigilancia. En Guadalajara, una unidad antitrata colabora con la Fiscalía Federal, sin embargo, comunidades LGBTIQ+ y migrantes denuncian obstáculos para denunciar abusos.

Urgencia de reforzar marcos legales y acciones comunitarias
Defensores del derecho a una vida libre de explotación reclaman definiciones legales más precisas y penas más severas para tratantes, con servicios de atención centrados en las víctimas. También proponen formación obligatoria en detección de trata para trabajadores turísticos y campañas de sensibilización dirigidas a visitantes y residentes.

“El mejor ataque es una buena defensa”, concluyó Flores Rojas. “Si gerentes de hoteles, conductores de taxi y operadores turísticos identifican los señales de alerta, pueden actuar antes de que más menores sean víctimas”.

Con la temporada alta de turismo en puerta, todos los actores esperan que mayor vigilancia y alianzas sólidas reduzcan este lado oscuro de la industria turística. Frenar la trata de personas requerirá, además de leyes más fuertes y recursos suficientes, el compromiso de cada miembro de la comunidad para proteger a los más vulnerables.

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