Limpieza de ríos en Puerto Vallarta busca frenar basura

El próximo fin de semana, cuadrillas municipales y voluntarios dejarán las playas para subir a los cauces. El plan es claro: retirar residuos en ríos y arroyos antes de que la lluvia los arrastre a la bahía. La decisión llegó después de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) declarara Camarones, Mismaloya y la desembocadura del Cuale no aptas para uso recreativo. Para el Ayuntamiento, la forma más rápida de recuperar esos balnearios es cortar el flujo de basura donde comienza.

Christian Omar Bravo Carvajal, regidor y presidente de la Comisión de Playas Limpias, lo dijo sin rodeos: “Este sábado vamos a activarnos de nuevo, pero ahora la prioridad serán los ríos. Hay que atacar el problema de raíz; los arroyos son canales directos a nuestras playas”. Su mensaje apunta a un cambio de estrategia: limpiar arriba para no estar limpiando abajo cada semana.

Playas cerradas que aceleran la respuesta

Las muestras de Cofepris encendieron la alerta y nadie en el gobierno local quiso perder tiempo discutiendo el veredicto. Se armó una operación conjunta con Obras Públicas, Ecología, organizaciones civiles y voluntarios que ya han pasado meses recogiendo residuos en la arena y las riberas. El enfoque, admiten, era parcial: se limpiaba la orilla, pero el agua seguía llegando sucia desde la montaña.

Moverse a los ríos puede cortar ese ciclo de recontaminación que se repite cada vez que cae un aguacero fuerte. La vigilancia en el mar continuará, pero ahora las miradas están en los puntos donde el plástico, las bolsas y los desechos orgánicos entran en la red hídrica. Si los cauces bajan limpios, las próximas mediciones deberían mostrarlo.

Llamado directo a la ciudadanía

Bravo Carvajal también pidió ayuda vecinal. “Les pedimos, con mucha humildad y respeto, que nos ayuden a mantener lo más limpios posible nuestros ríos y arroyos. Tirar basura ahí es condenarla a llegar al mar”, enfatizó. El Ayuntamiento quiere que residentes, comercios y turistas piensen dos veces antes de arrojar algo al barranco. Un envase mal tirado puede anular horas de trabajo voluntario.

La coordinación seguirá estrecha. Dependencias compartirán datos sobre calidad del agua, descargas ilegales y puntos críticos de abandono. Los colectivos civiles organizarán brigadas; los voluntarios pondrán manos, guantes y bolsas. La meta no es solo sacar desechos este fin de semana, sino crear hábitos que perduren.

Cómo se medirá el éxito

Menos residuos sólidos en los cauces deberían traducirse en menos bacterias y contaminantes en el litoral. Eso permitiría reabrir Camarones, Mismaloya y el Cuale sin banderas rojas. Los negocios que dependen del agua limpia—tours en lancha, clubes de playa, pequeñas fondas—respirarían aliviados. Y, sobre todo, los habitantes recuperarían las playas que usan todo el año.

Nadie en el gobierno municipal se hace ilusiones: un solo sábado no arregla el problema. Las lluvias seguirán y los ríos seguirán cargando lo que encuentren en su camino. Pero empezar en los cañones y arroyos ahora le da a Puerto Vallarta una oportunidad real de proteger su costa durante el resto de la temporada. La limpieza de ríos en Puerto Vallarta es el primer paso de un plan más largo.

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