La Laguna Manatí en Cancún se convierte en refugio de vida silvestre tras su restauración

En pleno corazón urbano de Cancún, una zona que durante años fue utilizada como tiradero de escombros ha renacido como un refugio natural para más de 130 especies. Se trata de la Laguna Manatí, hoy declarada Área Natural Protegida Estatal, con una extensión de 234 hectáreas y un ecosistema saludable que demuestra la fuerza de la colaboración ciudadana y gubernamental.

Durante una visita reciente al sitio, la gobernadora Mara Lezama Espinosa destacó el valor de este proyecto, calificándolo como un ejemplo del poder del compromiso colectivo.

“Esta laguna fue maltratada y olvidada. Hoy, es prueba viva de que la recuperación es posible cuando comunidad y gobierno trabajan juntos”, señaló. “Tenemos más de 300 mil hectáreas bajo protección estatal, y la recuperación de la Laguna Manatí es uno de nuestros logros más significativos”.

Actualmente, la laguna alberga aves migratorias, cocodrilos de pantano, peces de agua dulce y salobre, así como los cuatro tipos de manglares que existen en México: rojo, blanco, negro y botoncillo.

Estudios recientes indican que el ecosistema se encuentra en buen estado y continúa recuperándose. Algunas especies que no se habían visto en años han regresado, como los perezosos, lo que refuerza la importancia ambiental del sitio.

Lezama reconoció de manera especial la labor de los guardianes comunitarios que han sido pieza clave en el monitoreo y la protección de la laguna. Mencionó a vecinas y vecinos como Mónica, Gerardo y Diana, quienes participan activamente en tareas de vigilancia ambiental y educación ecológica.

“No solo cuidan la laguna, también enseñan a otros a valorarla”, afirmó la mandataria.

La recuperación de la Laguna Manatí se enmarca dentro de la agenda ambiental de su administración, que busca ampliar las áreas protegidas, restaurar hábitats dañados y fortalecer la participación ciudadana en la conservación.

La relevancia de esta laguna cobra aún más fuerza en una ciudad como Cancún, donde el crecimiento urbano amenaza constantemente los espacios naturales. En medio de ese contexto, la laguna representa una excepción esperanzadora: un ecosistema vivo y en recuperación, rodeado por la mancha urbana.

Las autoridades ya analizan propuestas para integrar la laguna a programas de educación ambiental y ecoturismo, con el fin de acercar a la población a la riqueza natural que aún existe dentro de la ciudad.

Para muchas y muchos en Cancún, la Laguna Manatí ya no es solo un espacio verde: es un símbolo de orgullo comunitario, resiliencia ecológica y de que sí es posible revertir los daños al medio ambiente.

“La naturaleza nos dio una segunda oportunidad con esta laguna, y la aprovechamos”, dijo Lezama.

Frente a las crecientes presiones del desarrollo en Quintana Roo, el caso de la Laguna Manatí deja un mensaje claro: la protección del entorno no es tarea exclusiva del gobierno, sino una responsabilidad compartida.

Scroll al inicio