El huracán Erick tocó tierra la mañana del jueves en el estado de Oaxaca, en el occidente de México, acompañado de fuertes vientos, lluvias intensas y advertencias sobre inundaciones y deslaves potencialmente mortales. El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos informó que el ojo del huracán impactó justo al este de Punta Maldonado con vientos sostenidos de hasta 205 kilómetros por hora (125 millas por hora), clasificándolo como huracán “mayor” de categoría 3.
Para el mediodía del jueves (1200 GMT), Erick se desplazaba hacia el noroeste a una velocidad de 15 kilómetros por hora (9 millas por hora), y se espera que continúe su trayecto tierra adentro a lo largo del sur de México. Los meteorólogos advirtieron que el terreno montañoso de Oaxaca y el vecino estado de Guerrero aumentará significativamente el riesgo de deslaves e inundaciones repentinas.
“Se espera una marejada ciclónica peligrosa para la vida humana que provocará inundaciones costeras cerca del punto de impacto del huracán”, señaló el NHC en su aviso más reciente. “Se prevé que Erick se debilite rápidamente al cruzar las montañas de México, y que el sistema se disipe esta misma noche o temprano el viernes”.
El gobierno federal activó sus protocolos de emergencia ante las lluvias intensas previstas también para el estado de Chiapas, en el extremo sur del país. La Coordinación Nacional de Protección Civil informó que se han habilitado más de 2,000 albergues temporales en Oaxaca, Guerrero y Chiapas en previsión de posibles evacuaciones.
La presidenta Claudia Sheinbaum instó a la población a no salir de casa y trasladarse a refugios si viven en zonas bajas o cercanas a ríos. “No arriesguen sus vidas. Tenemos albergues disponibles. Por favor, úsenlos”, declaró en un mensaje difundido la mañana del jueves.
En Acapulco, ciudad costera y destino turístico aún en proceso de recuperación tras el paso del devastador huracán Otis en 2023, las autoridades tomaron precauciones adicionales. La policía recorrió las playas con altavoces, advirtiendo a turistas y residentes sobre la llegada del ciclón. Varios comercios protegieron sus ventanas con tablones y los operadores de embarcaciones turísticas retiraron sus lanchas del mar para evitar daños.
Aunque el miércoles se presentó soleado en gran parte del litoral sur, las lluvias comenzaron al caer la tarde, seguidas de ráfagas de viento conforme Erick se acercaba a tierra. Las autoridades suspendieron clases y cerraron los puertos del litoral, incluido el puerto de Acapulco.
Más al sur, en Puerto Escondido —ciudad costera de unos 30,000 habitantes famosa por el surf—, los restaurantes cerraron temprano pese a la resistencia de algunos turistas. “Dicen que va a pegar de este lado de la costa, así que estamos tomando precauciones para no lamentarlo después”, comentó Adalberto Ruiz, un pescador de 55 años que se apresuraba a asegurar su lancha.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, señaló que el gobierno está utilizando redes sociales, radiodifusión y patrullajes locales para informar a la ciudadanía en tiempo real. Además de los albergues, cientos de elementos del Ejército, personal de emergencias y trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad han sido desplegados para apoyar con tareas de limpieza y restablecimiento de servicios.
Las costas del Pacífico mexicano enfrentan cada año tormentas de gran magnitud entre los meses de mayo y noviembre. En octubre de 2023, el huracán Otis, de categoría 5, azotó Acapulco y dejó al menos 50 muertos, además de cuantiosos daños materiales. Solo un mes antes, el huracán John, también de categoría 3, causó alrededor de 15 muertes en la misma región.
Aunque se prevé que Erick se debilite rápidamente al internarse en territorio montañoso, las autoridades recalcan que el peligro persiste. Las lluvias intensas podrían continuar durante varias horas más, generando desbordamientos de ríos, deslaves y caminos bloqueados.
Las próximas horas serán críticas para las comunidades en el trayecto del huracán. Los servicios de emergencia insisten en que la población permanezca alerta, siga las indicaciones de protección civil y evacúe de inmediato si se le solicita. Aunque Erick podría disiparse en el transcurso de la noche, sus efectos —inundaciones, cortes de energía y daños materiales— podrían sentirse hasta el fin de semana.