El Ayuntamiento de Tijuana reforzó su estrategia de vigilancia permanente en bares y antros: a través de la Dirección de Inspección y Verificación, ya se han clausurado 60 establecimientos por permitir el ingreso de menores, imponiendo multas que promedian los 100 000 pesos por negocio.
El fin de semana pasado, seis de estos locales fueron cerrados tras detectar adolescentes en su interior, confirmó José Antonio Olivas Heredia, titular de la dependencia. Según explicó, las instrucciones del alcalde Ismael Burgueño Ruiz son claras: aplicar la normativa y sancionar a quien no cumpla.
Las operaciones abarcan las nueve delegaciones municipales, con énfasis en las zonas Centro y Otay. En las últimas tres semanas, los inspectores han intensificado los operativos nocturnos; uno de los casos más recientes ocurrió en la colonia Neidhart, cerca de la Plaza Chapultepec, donde Despecho Cantina fue clausurada al encontrar a tres menores dentro.
“Con uno basta para clausurar; imaginen si hay tres y están expuestos a ambientes de adultos”, advirtió Olivas Heredia, resaltando los riesgos para la seguridad de los jóvenes.
Durante cada revisión, los inspectores solicitan identificación oficial —principalmente la credencial del INE— a clientes que aparentan ser menores de edad. Gracias a este protocolo, se han detectado adolescentes de apenas 15 años, lo que ha encendido las alertas en el gobierno municipal.
Los negocios clausurados permanecen inhabilitados hasta que su representante legal acuda a las oficinas de la Dirección, pague la multa, entregue la documentación requerida y subsane las deficiencias administrativas. Solo entonces pueden reanudar actividades.
En la zona norte, conocida por su alta concentración de bares y centros nudistas, la detección de menores ha sido mínima. “No conviene a los dueños”, explicó el funcionario, “un menor no consume y el riesgo económico de una clausura es alto”.
En el Centro, más de 100 establecimientos han sido inspeccionados, y las sanciones varían según la gravedad del caso. Con 60 locales ya cerrados, el Ayuntamiento busca enviar un mensaje contundente: la vida nocturna en Tijuana es solo para mayores de edad.
Con estas medidas, las autoridades pretenden reforzar el cumplimiento de la normativa sobre venta y consumo de alcohol, y sobre todo, proteger a los adolescentes de entornos no aptos para ellos. Además, la acción forma parte de la agenda de seguridad pública del alcalde Burgueño Ruiz, quien ha subrayado la responsabilidad de los comerciantes de operar dentro del marco legal.
Los residentes y visitantes pueden esperar que los operativos continúen sin pausa. La Dirección de Inspección y Verificación mantendrá su vigilancia constante para asegurar que todos los espacios destinados al entretenimiento nocturno respeten la ley y resguarden el bienestar de los jóvenes.