El Gobierno de Jalisco realizó una disculpa pública en Guadalajara el 14 de agosto de 2025. Cumplió así una recomendación de la CNDH emitida en 2023 y reconoció omisiones institucionales ligadas a casos de 2010. El acto estuvo dirigido a familiares y colectivos de personas desaparecidas.
La ceremonia buscó marcar un cambio de postura. La Secretaría General de Gobierno presentó la disculpa como un reconocimiento de una deuda histórica con víctimas y familias. La intención fue enviar una señal de compromiso. Las familias escucharon. Salieron preguntando por los siguientes pasos.
Qué sí cubrió el acto
La Recomendación 167/2023 de la CNDH pidió admitir responsabilidad por violaciones al acceso a la justicia en cuatro expedientes. Citó también afectaciones al derecho a la verdad y a la integridad personal de los familiares. Los casos nombrados fueron los de Dalia Guadalupe Cruz Guerrero, Luis Ramón Enciso Ramírez, Emilia Carolina Naranjo García y Bernardo Sedano Vilchiz.
Las desapariciones ocurrieron en septiembre de 2010, en la zona limítrofe entre Jalisco y Zacatecas. El mensaje oficial reconoció errores de la entonces Procuraduría estatal y prometió un trato distinto hoy. Para las familias, el gesto simbólico pesa. Sin acciones, no alcanza.
Lo que piden las familias
Colectivos y familiares tomaron la palabra durante y después del evento. Agradecieron el reconocimiento, pero lo consideraron insuficiente por años de omisiones y revictimización. Pidieron plazos, metas y seguimiento público de los expedientes. Exigen apoyo sostenido para búsqueda y acceso real a la justicia.
FUNDEJ resumió el sentir: el tono institucional es hoy más humano, pero la lucha diaria sigue igual de cuesta arriba. El colectivo anunció que fijará postura completa tras revisar el acto y cualquier plan de seguimiento. Quiere ver procesos, no ceremonias.
Las voces que sostienen la memoria
Familiares compartieron testimonios que ponen nombres por encima de los números de averiguación. Rosalina Michelle Sedano Chávez, hija de Bernardo Sedano Vilchiz, llamó a otras familias a no sentirse solas. Pidió verdad, justicia y memoria como horizonte común. Esas tres palabras definen el parámetro con el que medirán al estado.
La escena dejó dos narrativas en el mismo salón. La oficial habló de reconocimiento y cambio. La de las familias habló de resultados verificables. Solo lo segundo puede transformar la vida cotidiana de quienes buscan.
Lo que falta después de la disculpa
El gobierno completó la parte pública de la recomendación. Queda por delante la ruta difícil: acciones con calendario, responsables y reporte. También avances en carpetas, búsquedas en territorio y apoyos psicosociales y legales que no dependan del evento de turno. Sin eso, todo queda en palabras.
El 14 de agosto quedó un registro y una promesa. La evaluación real llegará en expedientes que se muevan y búsquedas que den respuestas. Hasta entonces, los colectivos mantendrán la presión y la documentación. La disculpa de Jalisco por desapariciones es un inicio, no un cierre.