Comerciantes del mercado del Río Cuale temen riesgo de inundación

Los puestos al aire libre del mercado del Río Cuale quedan a pocos pasos de la orilla en el centro de Puerto Vallarta. Para más de cien comerciantes, el recuerdo de la crecida de agosto de 2021 sigue vivo. Ese mes, el puente vehicular que cruzaba el río cedió ante la fuerza de la corriente, y el agua invadió el mercado arrasando con todo a su paso. Hoy, aunque la ribera ha sido reforzada, los vendedores siguen mirando el río cada temporada de lluvias, temiendo otra tragedia.

En agosto de 2021, lluvias extraordinarias en la Sierra Madre impulsaron un caudal que superó los límites del cauce. El puente que conectaba ambas márgenes se desplomó bajo el peso de troncos y sedimentos. Al ceder la estructura, una ola de agua lodosa se coló entre los puestos, llevando consigo artesanías, productos frescos y equipo de trabajo.

La mayoría de los comerciantes no tuvo más opción que desmontar sus espacios y buscar refugio en calles cercanas o en improvisados toldos. “Perdí mi puesto y casi todo mi inventario”, recuerda una vendedora de arte local. “Tuve que pedir prestado para volver a montar mi negocio”. Con mesas de segunda mano y lonas remendadas, poco a poco recuperaron su actividad.

Riesgo de inundación en el mercado del Río Cuale

Tras aquella emergencia, el gobierno estatal intervino reforzando la margen norte: colocó muros de contención de roca y elevó el nivel del malecón casi un metro. Según las autoridades, estas medidas impedirán que el agua vuelva a entrar al mercado. Sin embargo, los comerciantes mantienen la alerta.

Cuando pronostican lluvias intensas en las montañas, el nivel del río vuelve a crecer con rapidez. “Construyeron un muro mejor, pero no podemos garantizar que aguante”, señala otro vendedor que ofrece recuerdos y artesanías. Ante cualquier aviso de alerta amarilla, levantan pasillos y trasladan mercancía a zonas más altas.

El grupo informal de vigilancia comunitaria revisa sensores de nivel y reviste objetos frágiles en cajas selladas. Algunos instalaron lámparas con alarma para notar cambios rápidos en el cauce. Su idea es combinar la acción vecinal con las obras oficiales para proteger lo que han reconstruido.

A pesar del agrado por el apoyo estatal, muchos piden más. Reclaman sistemas de alerta temprana más precisos y mayor frecuencia en las inspecciones del muro. “Si nos avisan antes, podremos salvar más cosas”, comenta una artesana. “Ahora solo nos queda confiar en la suerte”.

Con la temporada de lluvias en marcha, el mercado del Río Cuale sigue operando con su oferta de comida, artesanía y arte local. Pero cada aguacero recuerda a los comerciantes que, a orillas de este río, la tranquilidad aún fluye con incertidumbre.

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