Una pareja causó sorpresa y preocupación el sábado por la noche al pasear un león joven con una simple correa de perro por el centro de Puerto Vallarta. El hecho se volvió viral tras difundirse varios videos en redes sociales y chats privados, en los que se aprecia al animal empujando contra su correa y, en un momento, liberándose y recorriendo unos metros en medio de transeúntes.
En las imágenes, la mujer sostiene el extremo de la correa mientras el felino, visiblemente estresado, balancea la cabeza y presiona con sus patas delanteras hasta soltarse. El hombre corre tras el león y lo captura a pocos metros, sujetándolo por la nuca. Ambos, que hablan en inglés, caminan luego por una calle oscura mientras un pequeño grupo de personas ríe y acaricia al animal sin más precauciones que la delgada correa. Afortunadamente, no se reportaron lesiones.
El animal muestra ya un tamaño y fuerza considerables. Incluso como cachorro grande, el león posee uñas y mandíbulas capaces de ocasionar heridas graves. Testimonios en redes cuestionaron la falta de arnés de seguridad, bozal o jaula de contención, y advirtieron sobre los riesgos que implican estas “atracciones” para turistas y locales.
Según la legislación mexicana, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) puede otorgar permisos especiales para la tenencia de ciertas especies exóticas, siempre que se demuestre que no ponen en riesgo la salud, la seguridad o los procesos ecológicos. No obstante, los felinos grandes como leones quedan explícitamente excluidos de la categoría de mascotas domésticas permitidas.
La Normatividad Oficial Mexicana exige que las especies autorizadas se mantengan en instalaciones confinadas y adecuadas para atender sus necesidades biológicas. Cuando las autoridades identifican manejo inadecuado o peligro público, deben reubicar al ejemplar en un refugio o santuario acreditado. En este caso, Semarnat ya revisa los videos para determinar posibles violaciones a la Ley General de Vida Silvestre y decidir si procede la incautación del animal.
La posesión no autorizada de una especie clasificada como “peligrosa” puede derivar en multas, decomiso de la mascota y sanciones administrativas a los responsables. Además, el tráfico ilegal de fauna exótica afecta los esfuerzos de conservación y pone en peligro tanto a las personas como a las propias especies.
En comentarios bajo las publicaciones, cientos de usuarios exigieron mayor vigilancia de los permisos y controles más rigurosos en zonas turísticas. Algunos señalaron que, de comprobarse una infracción, sería un paso para disuadir a quienes buscan protagonismo usando animales salvajes como “accesorios”.
Al cierre de esta edición, las autoridades federales no habían identificado a la pareja ni confirmado el origen del león. Tampoco se ha emitido un comunicado oficial por parte de los involucrados. La investigación determinará si existía un permiso legal o si la criatura debe ser trasladada a un centro especializado.
Este suceso pone de relieve la necesidad de reforzar la supervisión de mascotas exóticas en destinos turísticos concurridos. Un león con correa puede resultar impresionante en redes sociales, pero la normativa es clara: los grandes felinos no son animales de compañía, y su manejo doméstico sin protocolos de seguridad vulnera tanto la integridad de las personas como el bienestar de la propia especie.