Puerto Vallarta se prepara para lluvias torrenciales mientras el huracán Flossie gana fuerza

Puerto Vallarta, esa ciudad entre la Sierra Madre y el Océano Pacífico, no desconoce lo que significa enfrentar cambios climáticos drásticos. Pero este verano, el cielo parece decidido a poner a prueba su resistencia.

Apenas unos días después de que el huracán Erick impactara en Puerto Escondido, Oaxaca, los meteorólogos ahora vigilan de cerca al huracán Flossie, que se fortalece rápidamente en el Pacífico. La tormenta ya se aproxima a la categoría 2 en la escala Saffir-Simpson y continúa intensificándose. Combinada con otros sistemas de baja presión, Flossie podría provocar lluvias torrenciales en el occidente de México, especialmente en Jalisco.

Puerto Vallarta, que muchas veces se encuentra al filo del caos natural, vuelve a quedar expuesta—no solo por el aumento de las lluvias, sino también por una infraestructura urbana que simplemente no está a la altura. Aunque goza de fama por su belleza costera, la ciudad sufre con un sistema de drenaje colapsado cada temporada de lluvias.

Con el cambio climático acelerado, los patrones de lluvia han cambiado. Ya no llueve de forma gradual o predecible. Ahora son tormentas abruptas y torrenciales que convierten calles en ríos y dejan al descubierto las debilidades del diseño urbano.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha emitido alertas por lluvias intensas en Jalisco, con acumulaciones entre 75 y 150 milímetros. Esto representa un alto riesgo de inundaciones repentinas en zonas como Puerto Vallarta, donde los drenajes obstruidos y la planeación urbana deficiente agravan el peligro.

Pronóstico para el 1 de julio

Hoy, 1 de julio, los habitantes y visitantes de Puerto Vallarta pueden esperar cielos mayormente nublados, según el sitio Meteored. Las temperaturas oscilarán entre los 29 °C y 25 °C, con rachas de viento del sureste de hasta 16 km/h. Aunque esto puede parecer manejable, lo preocupante es la lluvia prevista.

Se pronostica una probabilidad del 80% de lluvia en la región, con precipitaciones de hasta 2.4 mm durante el día, especialmente en las zonas costeras. Aunque la cifra no parezca extrema, basta con una lluvia intensa y breve para inundar calles si el sistema de drenaje ya está saturado o lleno de basura—un problema persistente en la ciudad.

El problema de la basura

Cada verano, la lluvia no solo inunda vialidades y hogares; también revela debilidades más profundas, tanto estructurales como sociales. El sistema de alcantarillado, ya envejecido, se obstruye con la basura acumulada en calles y canales. Cuando el agua no tiene por dónde salir, se desborda, rompe límites y termina por arrasar con todo a su paso.

Es un ciclo que los vallartenses conocen bien: llega la lluvia, las calles colapsan, las autoridades reaccionan tarde, y los vecinos reclaman. Mientras tanto, los problemas de fondo siguen sin resolverse: la gestión de residuos, la planeación urbana sostenible y las estrategias reales de adaptación al cambio climático.

Un clima cambiante, una ciudad vulnerable

Los expertos en clima han advertido que tormentas como Flossie y Erick son cada vez más frecuentes e intensas debido al calentamiento de los océanos. La atmósfera retiene más humedad y la libera de forma abrupta. Esto ya no es simplemente “el clima”—es una advertencia clara.

Puerto Vallarta, como muchas ciudades costeras de México, enfrenta una dura realidad. Su geografía espectacular también la hace frágil, y esa fragilidad solo aumentará si no se toman medidas serias. Con la temporada de huracanes en curso, la pregunta ya no es si la ciudad será golpeada, sino cuántas veces, con qué intensidad, y si estará preparada.

Por ahora, se recomienda a la población mantenerse informada, evitar zonas inundadas y asegurar sus hogares ante cualquier eventualidad. El huracán Flossie puede no impactar directamente, pero sus efectos ya se están sintiendo.

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