Dos narcomantas aparecieron la mañana del domingo en distintos puntos de La Paz, intensificando la tensión tras una jornada violenta el sábado que dejó un saldo de ocho personas muertas en los municipios de La Paz, Comondú y Loreto.
Los mensajes, colocados en las colonias Revolución y Las Américas, acusan directamente a autoridades civiles y militares de permitir o facilitar la operación de grupos criminales en la capital del estado. Las narcomantas también responsabilizan a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), señalando a un alto funcionario por tomar decisiones que habrían detonado esta nueva ola de violencia, además de acusarlo de engañar al gobernador sobre la verdadera situación del crimen en la entidad.
Elementos de seguridad acudieron al lugar poco después del hallazgo y retiraron los mensajes. Hasta el momento, ninguna autoridad ha emitido una declaración oficial al respecto, pese a la gravedad de las acusaciones y el contexto de violencia.
Sábado sangriento
Los hechos violentos comenzaron el sábado en la ciudad de La Paz, donde un agente de la PGJE fue asesinado en un ataque armado. En el mismo enfrentamiento, uno de los agresores también fue abatido por las fuerzas policiales que repelieron el ataque.
Horas más tarde, en la colonia Roma de la misma ciudad, se registró un segundo enfrentamiento entre civiles armados y autoridades. Esta vez, tres presuntos delincuentes murieron en el lugar, mientras que un agente policial resultó herido por impactos de bala y fue trasladado a un hospital.
La violencia continuó en el municipio de Comondú. En Ciudad Insurgentes, un hombre fue asesinado a tiros en un ataque directo, según el informe oficial.
En el municipio de Loreto, dentro de la colonia Zaragoza, un nuevo ataque armado dejó un hombre muerto en el lugar y una mujer gravemente herida, quien falleció más tarde mientras recibía atención médica en el hospital.
En total, los ataques coordinados del sábado dejaron ocho personas muertas —seis hombres y dos mujeres— y un agente herido, evidenciando el repunte de violencia que atraviesa el estado.
Silencio oficial ante las narcomantas
Las autoridades han reforzado la seguridad en los municipios afectados con operativos conjuntos que involucran a diversas fuerzas de seguridad. La Mesa de Seguridad del estado confirmó la implementación de patrullajes intensificados y operativos de inteligencia para contener la situación y dar con los responsables.
Sin embargo, el silencio oficial en torno a las narcomantas ha generado preocupación entre la población. Las acusaciones contenidas en los mensajes, especialmente aquellas dirigidas contra funcionarios de la PGJE, alimentan las dudas sobre la transparencia y el verdadero control del Estado sobre la situación de seguridad.
Las narcomantas, comúnmente utilizadas por grupos del crimen organizado en México, son una forma de comunicación pública para intimidar, amenazar o desprestigiar a rivales y autoridades. Aunque sus mensajes suelen carecer de verificación, reflejan disputas internas y pugnas de poder tanto en el mundo criminal como en las instituciones estatales.
Tensión y desconfianza
Tras los hechos del fin de semana, los habitantes de La Paz, Comondú y Loreto permanecen en alerta. La presencia de fuerzas militares y policías se ha intensificado, pero la población teme que estas acciones no sean suficientes para detener la violencia o enfrentar los supuestos vínculos entre autoridades y el crimen organizado.
En redes sociales, ciudadanos han expresado su temor y escepticismo, cuestionando si el gobierno está realmente comprometido en garantizar la seguridad o si, como sugieren las narcomantas, existe un encubrimiento deliberado de la situación.
Por ahora, Baja California Sur vive una calma tensa. Las autoridades guardan silencio mientras la ciudadanía espera respuestas y acciones que frenen la creciente violencia que amenaza con desbordarse aún más.